Un inspector del Defensor del Pueblo, acudió por sorpresa a un centro terapéutico de menores situado en el municipio madrileño de Galapagar, donde se percató de la existencia de amarres y cuerdas de sujeción en las camas. Además los jóvenes que allí se encontraban internados, estaban siendo medicados de forma excesiva, sin recibir información de que era exactamente lo que se les suministraba, a pesar de que la ley del paciente obliga a ello.
La visita a dicho centro se produjo la semana pasada con motivo de una serie de denuncias presentadas por varios jóvenes, los cuales aseguraron haber sufrido presuntos malos tratos físicos y psíquicos por parte de los educadores, mientras estuvieron internos en el mencionado centro.
A la vista de estos hechos, el Defensor del Pueblo ha abierto una investigación, y mañana día 25 de marzo, varios testigos de los hechos y cuatro jóvenes, están citados para declarar ante el Juzgado número 7 de Collado Villalba, y contrastar de este modo las manifestaciones judiciales ya prestadas por los educadores.
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